Para conmemorar nuestro 50 aniversario hemos recopilado relatos de muchos compañeros, entre ellos están varios antiguos presidentes de Cofarte.
Hemos tenido el honor de poder hablar con Pedro Évora, primer presidente de Cofarte, y Diego Mota, segundo presidente de nuestra Cooperativa. En esta ocasión, llega el turno de Miguel Román Botana, encargado en dirigir la presidencia de Cofarte entre los años 1988 y 1990. Ha sido un placer rememorar la historia.
“Protege a tu Cooperativa, vincúlate a ella, porque tu cooperativa eres tú”
No tuve la oportunidad de incorporarme en la primera Junta, porque vine de la Península y cuando llegué, ya estaba recién fundada la Cooperativa, hacía como un año. En el primer grupito de valientes que se lanzaron allí, no tuve el gusto de estar. Pero conocí toda su evolución y la marcha de ésta y me gustó mucho el espíritu que le echaron al asunto y las ganas y sobre todo, aunque no sea políticamente correcto, el luchar contra el poder establecido que había en aquel momento, de dominio, eso no me gustaba. Por esto me incorporé lo antes que pude a este grupo.
No, yo en la Península, estaba haciendo la tesis doctoral en nutrición animal con el Profesor Jesús Larralde, en Santiago de Compostela, pero éste tuvo que marcharse a Pamplona cuando le llamaron de la Universidad de Navarra, para impulsar la recién creada Facultad de Farmacia. Me ofreció que me fuera con él, pero tener que cambiar de sitio y empezar de nuevo, tampoco era plan. Entonces, tú sabes que el amor tira mucho y me vine para Canarias en busca de nuevos horizontes. Aquí, me recibieron tan bien y me sentí tan a gusto, que dije “aquí me quedo”. Tras esto solicité una farmacia.
Poco después de que me la asignaran, me incorporé a Cofarte, entonces en la calle de La Salle. Aquello era como una casita de muñecas, en un local que había sido de Paralea. Inicialmente me incorporo a la Junta Rectora, como miembro del Consejo de Vigilancia y ahí estuve en varias Juntas.
En aquella época, nos tocaba hacer de todo. Si había que cambiar un teléfono, tenías que ir a Telefónica a tramitarlo y por lo tanto, aprendías de todo. En alguna ocasión hubo que venir a despachar, cuando había problemas porque no salían las cosas como era debido.
Los pedidos había que traerlos escritos a máquina y depositarlos en la entrada, un proceso lentísimo. Nuestra idea era mejorarlo todo, todo era mejorable. Lo que nunca pensé, es que se pudiera mejorar tanto y tan rápido, porque esto es una empresa absolutamente dinámica y con una evolución a un ritmo muy rápido.
Como te decía antes, pertenecí al Consejo de Vigilancia, luego estuve como tesorero. Luego me desvinculé de la Junta un tiempo. Llegó un momento, en el que dos compañeros, Basilio Valladares y Juan Felipe Jiménez, vinieron a hablar conmigo al laboratorio que teníamos en La Laguna, a proponerme que si quería ser Presidente de la Cooperativa, ya que según me decían, yo era una persona que gozaba de la simpatía general, en fin, que tenía un perfil que podía ser muy interesante en aquel momento, en el que habían surgido ciertas tensiones.
Las tensiones se resolvieron y todo fue a favor, cumpliéndose un objetivo muy importante en aquel momento. Yo creo que fue una época estable, ya que, al principio estaba la efervescencia del momento y en la fase posterior a cuando yo estuve de Presidente, vino el lanzamiento. Hubo una revolución dentro del sector.
Aquí tuve compañeros de Junta magníficos, guardo un recuerdo imborrable de ellos, porque fueron todos unos magníficos compañeros.
En todo este tiempo, la evolución de la Cooperativa, en general y con sus lógicos altibajos, ha sido tremenda, estamos camino de los cincuenta años. Recuerdo, desde el pedido por teléfono, a los pedidos por un aparatito donde metías los códigos y lo conectabas al teléfono y la facturación previa.
Se lo explicaría, como se lo explico siempre a mis empleados, a mi gente: Mi Farmacia empieza en esa puerta y termina donde termina la Cooperativa. Considero y creo que, nuestra cooperativa es realmente nuestra, además es un colchón, que te está protegiendo y parando los golpes que tú no podrías parar. Protege a tu Cooperativa, vincúlate a ella, porque tu cooperativa eres tú.
El futuro es el complemento de lo que hemos estado hablando. Hasta aquí ha habido una evolución muy continuada e intensa, para llegar desde los orígenes hasta el momento actual. De aquí en adelante tal y como están las cosas y el mundo farmacéutico, es previsible que haya verdaderas conmociones.
Cuando nuestra cooperativa era pequeña, siempre notábamos que le faltaba cierta dimensión, por eso surgieron cooperativas de segundo grado. Eso significaba ampliar e irnos uniendo, con lo que el tamaño sí que importa. El camino está abierto y nos arrastrará a todos, nos guste o no nos guste, a mi personalmente no me gusta, pero no nos va a quedar más remedio que seguir por este camino, aunque perdamos algo de nuestra esencia.
Por último, agradecerle mucho a la Cooperativa y a todo el personal de la misma, que siempre y en todo momento han sido conmigo muy cariñosos.
Hemos tenido el honor de poder hablar con Pedro Évora, primer presidente de Cofarte, y Diego Mota, segundo presidente de nuestra Cooperativa. En esta ocasión, llega el turno de Miguel Román Botana, encargado en dirigir la presidencia de Cofarte entre los años 1988 y 1990. Ha sido un placer rememorar la historia.
“Protege a tu Cooperativa, vincúlate a ella, porque tu cooperativa eres tú”
- ¿Cuándo te incorporas a Cofarte?
No tuve la oportunidad de incorporarme en la primera Junta, porque vine de la Península y cuando llegué, ya estaba recién fundada la Cooperativa, hacía como un año. En el primer grupito de valientes que se lanzaron allí, no tuve el gusto de estar. Pero conocí toda su evolución y la marcha de ésta y me gustó mucho el espíritu que le echaron al asunto y las ganas y sobre todo, aunque no sea políticamente correcto, el luchar contra el poder establecido que había en aquel momento, de dominio, eso no me gustaba. Por esto me incorporé lo antes que pude a este grupo.
- Viniste de la Península, pero ¿ya habías tenido farmacia?
No, yo en la Península, estaba haciendo la tesis doctoral en nutrición animal con el Profesor Jesús Larralde, en Santiago de Compostela, pero éste tuvo que marcharse a Pamplona cuando le llamaron de la Universidad de Navarra, para impulsar la recién creada Facultad de Farmacia. Me ofreció que me fuera con él, pero tener que cambiar de sitio y empezar de nuevo, tampoco era plan. Entonces, tú sabes que el amor tira mucho y me vine para Canarias en busca de nuevos horizontes. Aquí, me recibieron tan bien y me sentí tan a gusto, que dije “aquí me quedo”. Tras esto solicité una farmacia.Poco después de que me la asignaran, me incorporé a Cofarte, entonces en la calle de La Salle. Aquello era como una casita de muñecas, en un local que había sido de Paralea. Inicialmente me incorporo a la Junta Rectora, como miembro del Consejo de Vigilancia y ahí estuve en varias Juntas.
En aquella época, nos tocaba hacer de todo. Si había que cambiar un teléfono, tenías que ir a Telefónica a tramitarlo y por lo tanto, aprendías de todo. En alguna ocasión hubo que venir a despachar, cuando había problemas porque no salían las cosas como era debido.
Los pedidos había que traerlos escritos a máquina y depositarlos en la entrada, un proceso lentísimo. Nuestra idea era mejorarlo todo, todo era mejorable. Lo que nunca pensé, es que se pudiera mejorar tanto y tan rápido, porque esto es una empresa absolutamente dinámica y con una evolución a un ritmo muy rápido.
- ¿Cómo recuerdas tu etapa en la Cooperativa como Presidente?
Como te decía antes, pertenecí al Consejo de Vigilancia, luego estuve como tesorero. Luego me desvinculé de la Junta un tiempo. Llegó un momento, en el que dos compañeros, Basilio Valladares y Juan Felipe Jiménez, vinieron a hablar conmigo al laboratorio que teníamos en La Laguna, a proponerme que si quería ser Presidente de la Cooperativa, ya que según me decían, yo era una persona que gozaba de la simpatía general, en fin, que tenía un perfil que podía ser muy interesante en aquel momento, en el que habían surgido ciertas tensiones.Las tensiones se resolvieron y todo fue a favor, cumpliéndose un objetivo muy importante en aquel momento. Yo creo que fue una época estable, ya que, al principio estaba la efervescencia del momento y en la fase posterior a cuando yo estuve de Presidente, vino el lanzamiento. Hubo una revolución dentro del sector.
Aquí tuve compañeros de Junta magníficos, guardo un recuerdo imborrable de ellos, porque fueron todos unos magníficos compañeros.
En todo este tiempo, la evolución de la Cooperativa, en general y con sus lógicos altibajos, ha sido tremenda, estamos camino de los cincuenta años. Recuerdo, desde el pedido por teléfono, a los pedidos por un aparatito donde metías los códigos y lo conectabas al teléfono y la facturación previa.
- ¿Qué les dirías a los nuevos socios de la Cooperativa, como les explicarías que supone la Cooperativa?
Se lo explicaría, como se lo explico siempre a mis empleados, a mi gente: Mi Farmacia empieza en esa puerta y termina donde termina la Cooperativa. Considero y creo que, nuestra cooperativa es realmente nuestra, además es un colchón, que te está protegiendo y parando los golpes que tú no podrías parar. Protege a tu Cooperativa, vincúlate a ella, porque tu cooperativa eres tú.
- Y ¿cómo ves el futuro de la cooperativa?
El futuro es el complemento de lo que hemos estado hablando. Hasta aquí ha habido una evolución muy continuada e intensa, para llegar desde los orígenes hasta el momento actual. De aquí en adelante tal y como están las cosas y el mundo farmacéutico, es previsible que haya verdaderas conmociones.Cuando nuestra cooperativa era pequeña, siempre notábamos que le faltaba cierta dimensión, por eso surgieron cooperativas de segundo grado. Eso significaba ampliar e irnos uniendo, con lo que el tamaño sí que importa. El camino está abierto y nos arrastrará a todos, nos guste o no nos guste, a mi personalmente no me gusta, pero no nos va a quedar más remedio que seguir por este camino, aunque perdamos algo de nuestra esencia.
Por último, agradecerle mucho a la Cooperativa y a todo el personal de la misma, que siempre y en todo momento han sido conmigo muy cariñosos.