A día de hoy todos somos conscientes del peligro del sol y
de la necesidad de usar protector solar. Aun así, ocurre que a veces por
despiste o descuido nos quemamos al sol. ¿Sabemos como debemos realmente cuidar
una quemadura solar?
En primer lugar, debemos saber que una quemadura solar es
una respuesta de la piel a una exposición exagerada a la luz UV del sol. Los primeros síntomas
son
el tono rojizo de la
zona afectada, así como el dolor que produce el roce de esta con cualquier
prenda. También el calor en la zona y más adelante, cuando la piel empieza a
perder su hidratación, la sensación de tirantez.
¿Qué debemos hacer?
- Aplicar frío para bajar la temperatura de la piel. Esto puede hacerse con duchas de agua fría o templada o aplicando paños húmedos.
- Hidratar, evitando las cremas muy grasas que no permitirían que la piel se enfríe, lo más recomendable son las cremas after sun o cualquier crema indicada para hidratar la piel después de ponerla al sol. También son efectivos componentes como la vitamina E, la lavanda, el ácido hialurónico o el gel de aloe vera.
- Si la quemadura es muy importante y está inflamada, se puede recurrir a medicamentos antiinflamatorios como el ibuprofeno.
- Por último, una quemadura solar produce una importante pérdida de líquidos en el organismo por lo que es aconsejable compensar esa deshidratación bebiendo agua o zumos.
En casos más graves, si hay signos de shock, agotamiento por el calor,
deshidratación u otra reacción severa se deberá buscar asistencia médica de
emergencia.
Para terminar, insistimos en la necesidad de prevenir este tipo de
quemaduras, ya sabes, evita la exposición al sol durante las hora de mayor
intensidad de los rayos solares y aplica protector con un factor solar (FPS) de
al menos 30.
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