Con las subidas de temperatura debemos tener especial cuidado con las enfermedades generadas por el calor, pueden ser peligrosas durante esta época.
Nuestro cuerpo, de forma general, se enfría sólo mediante la sudoración. Con un clima caluroso, especialmente si se presentan altos niveles de humedad, nuestra temperatura corporal puede aumentar hasta unos niveles peligrosos que no podemos permitir.
Para discriminar entre los síntomas que el calor nos genera diferenciamos dos enfermedades, muy comunes: la insolación y el golpe de calor.
Qué las causa.
Ambas enfermedades son generadas por el calor, cuando nuestro organismo no puede mantener la temperatura corporal baja. En cambio, la insolación es más grave que el golpe de calor.El sudor de nuestro cuerpo se evapora y éste se enfría. El aumento de humedad del ambiente junto con el calor hace esta evaporación más lenta e incluso insuficiente para bajar la temperatura de nuestro cuerpo.El golpe de calor puede afectarnos haciendo ejercicio o en un día caluroso. La insolación nos puede ocurrir si el cuerpo se calienta demasiado o tras padecer un golpe de calor.
Las posibles consecuencias de la insolación son más peligrosas, dado que puede generarnos fiebre, convulsiones, e incluso inducirnos un coma.
Qué síntomas padecemos.
El golpe de calor suele presentar debilidad muscular o calambres, dolor de cabeza, mareos, náuseas y vómitos, sensación de preocupación, se acelera el ritmo cardíaco...Podemos discriminar que padecemos de insolación cuando sentimos nuestra piel caliente y seca pero no sudorosa, cuando sufrimos de confusión o pérdida del conocimiento, vómitos frecuentes, sentimos como nos falta el aire o tenemos problemas para respirar.
Qué tratamiento llevamos a cabo.
Si sentimos que sufrimos un golpe de calor debemos alejarnos del foco que nos lo esté generando y descansar en un lugar fresco y con sombra.Tomar mucha agua y otro tipo de bebidas, nunca alcohólicas, nos permitirá reponernos. Si después de 30 minutos no nos sentimos mejor debemos acudir a nuestro médico.
En caso de sufrir una insolación debemos situarnos es un lugar sombreado y solicitar un médico.
Desprendernos de la ropa innecesaria, el aire fresco de abanicos o sistemas de ventilación y mojar la piel con agua tibia puede ayudar en nuestro estado a que el cuerpo se enfríe.
Después de haber sufrido un golpe de calor o una insolación nuestro cuerpo estará más sensible a las condiciones calurosas, al menos durante una semana. Debemos procurar no ejercitarnos demasiado y evitar climas de altas temperaturas.
Fuente: FamilyDoctor.org
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