Este próximo jueves día 7 de Octubre se presenta, a las 18.00h en el Parlamento el libro de María Pino Brumberg, "Con alas en los pies".
María tiene sólo 29 años, tal vez parezcan pocos para haberse lanzado a la aventura de escribir un libro sobre su vida, pero es que ella tiene la fuerza y el coraje de una vida de muchos más años. Con su relativa juventud, a través del relato de sus experiencias es capaz de dar una lección de vida digna de admiración.
María tiene ataxia.
La ataxia no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma característico de más de trescientos procesos degenerativos que cursan además de ataxia (disminución en la capacidad de coordinar movimientos) otros muchos síntomas (deformidades esqueléticas, cardiopatías, diplopia, disartria, distonía muscular, diabetes, disminución sensorial, infecciones pulmonares por atragantamientos, linfomas y leucemias, etc), que varían según el tipo de ataxia. La mayoría de las ataxias son progresivas, pueden comenzar con un ligero sentimiento de falta de equilibrio al caminar (“marcha ebria”) y acabar siendo altamente invalidantes. Los afectados por esta enfermedad, en un tiempo más o menos corto, se ven obligados a utilizar una silla de ruedas y, progresivamente, cada día más, a depender de la atenciones y cuidados de sus familiares, pues acaban perdiendo toda autonomía personal.
Pero aquí está María, "Con alas en los pies".
María no se ha rendido nunca, y no ha dejado de hacer lo más importante: VIVIR.
Divertida, enamorada, valiente geógrafa, amiga, alocada, seria, serena, desenamorada, guapa, ilusionada, familiar, aventurera, ejemplo de muchos, escritora, nadadora, novelera... esa es María.
El propio Alberto Vázquez-Figueroa lo describe en el prólogo de su libro:
"Yo ya estaría vencido, pero María continúa adelante, sonríe, incluso en ocasiones bromea sobre sí misma sentándose a escribir un nuevo capítulo que te va convirtiendo poco a poco en un enano sin aliento frente a la arrolladora personalidad de una criatura que se atreve a mirar a los ojos a un monstruo cuya sola mención nos obliga a ocultarnos en la más profunda de las cuevas. En estas páginas conviven una niña soñadora, una muchacha asustada y una adulta golpeada pero nunca vencida, y la lectura de ese viaje, corto en el tiempo, largo en su amargo recorrido, es como la contemplación de un documental rodado en cámara ultra rápida en el que se observa cómo de la tierra surge un tallo que en cuestión de minutos se transforma en planta, nacen las flores y crecen los frutos."
Desde aquí les invito a que asistan a la presentación de este libro y, si no les es posible, por lo menos, no dejen de leerlo.
1 comentarios:
Alberto Vázquez-Figueroa estuvo magnífico y brilló como siempre hace, pero en esta ocasión la luz de María lo eclipsó (seguro que con toda la aprobación del escritor, que estará de acuerdo).
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