Las vacaciones están llegando a su fin, los largos día de playa, fines de semana fuera de casa, despertarnos tarde, trasnochar...
Cuando termina la época estival el tema del Síndrome Postvacacional siempre tiene cabida pero, ¿y en esta época? ¿es lícito hablar sobre él?
Como ha ido aumentado las personas que no tienen trabajo parece que hablar sobre el síndorme postvacacional no resulta adecuado. Además que las personas que trabajan lo menos que quieren es quejarse por su trabajo.
Las personas en situación de desempleo son muchas, la tasa de paro en Canarias según la EPA (Encuesta de Población Activa) es de un 33,69% en el II Trimestre de 2013.Aunque la situación no es propicia el síndrome postvacacional puede seguir afectándonos a cualquiera. El hecho de volver a comenzar con nuestra rutina diaria nos puede generar malestar, tanto si la rutina sea centrada en un trabajo, en el cuidado de una familia o en la búsqueda activa de un empleo.
Nuestro rendimiento se verá afectado durante unos días hasta que nos adecuemos. La mayoría de personas no llegan a sufrir un cuadro muy pronunciado de estrés cuando comienzan la rutina diaria.
Los síntomas más comunes son la falta de concentración, la apatía, el desánimo, malestar... Si los síntomas se alargaran en el tiempo sí debería consultar con su médico o farmacéutico.
Para conseguir que esta reincorporación a la vida rutinaria sea favorable debemos plantear una visión objetiva a la labor que realicemos, plantearnos los beneficios de ello. Además en esos días no debemos preocuparnos en demasía de nuestro rendimiento o actitud, tomar el proceso de adaptación con naturalidad será beneficioso para nosotros.
Debemos procurar seguir disfrutando del ocio y del descanso y reducir la ansiedad y el estrés que nos proporcione la vuelta con deporte o paseos.
¡Feliz vuelta!
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